AUTORA

SOR. MARÍA ISABEL CABEZAS

Nace el 6 de diciembre de 1944 en Calderón, provincia de Pichincha. Vocación de La Providencia de Quito. Sus padres, Alfonso e Isabel, acogieron amorosamente a la niña hermosa de ojos lindos, de rostro angelical, de piel clara cual preludio de la blancura de su hábito de costa, cuando la “joven monja bella”, en La Inmaculada de Guayaquil, se estrenaba como maestra de las niñas y jóvenes guayaquileñas que no la han podido olvidar.Fueron muchos años en que la disfrutaron, primero como maestra, luego como Rectora en dos ocasiones especiales y gestos imborrables que la grabaron para siempre en el corazón y memoria de quienes se beneficiaron de sus infalibles métodos que combinaban la didáctica, la ternura y firmeza. Como administradora, ejerció un liderazgo participativo que sumado a su amplia formación docente hicieron de sus períodos, años fructíferos de logros y metas cumplidas.

Así lo demostró también en el Colegio León Ruales de Mira como profesora y Vicerrectora, en La Inmaculada de Ambato y en La Providencia de Quito como Superiora-Rectora, donde dejó huella y obras materiales y espirituales que la perennizaron. Amplia trayectoria que concuerda con su vasta formación: Trabajadora Social, Profesora de Segunda Enseñanza, Psicóloga Educativa y Orientadora Vocacional; Doctora en Ciencias de la Educación, Mención en Gerencia Educativa y con una Maestría en Asesoría Familiar obtenida en España. Todo esto hace de ella la Religiosa siempre actual. La docente de calidad, la hermana erudita que, a pesar de su trayectoria, emana sencillez y calidez. Escribo providente de una Congregación renaciente que congrega fraternalmente y ofrece mejores oportunidades para brindar Hermanas de la Providencia con perfiles profesionales de Calidad. Para los y las estudiantes, a través de la Comisión de Educación que la presidió, generó proyectos educativos de actualidad que garantizaran la oferta educativa de los institutos de Providencia; su empeño en ello es ahora aún mayor.

Sor María Isabel: su actuar, un taller del amor; su compromiso, un constante vivir el riesgo en la confianza; su carisma, hacer de sus Hermanos y Hermanas las manos de Dios; su responsabilidad, generar cambios aun sabiendo que aquello engendra crisis, pero consciente también de que éstas despejan, renuevan, refrescan, iluminan… nos hace ver a nosotros mismos como recurso providente poderoso, que nos anima a dejar atrás temores y elegir seguridad, espiritualidad y libertad. Hoy, realidades históricas, sociales, políticas y culturales vulneran los ideales, los propósitos, las intenciones educativas, pastorales y evangelizadoras; mas el espíritu renovado de Providencia presente en nuestra Superiora Provincial, Sor María Isabel, le susurró en confesión que el equilibrio, en momentos agitados, intensifica el palpitar en busca de la paz. Ilimitada, sorprendente, inagotable; no pierde de vista sus objetivos, ni deja escapar las oportunidades para proteger y favorecer la gran Familia Providencia. Un equipo maravilloso la acompaña y constituyen la fuerza de la provincia ecuatoriana de hoy.